A lo largo de estos meses, los profesionales de la salud hemos podido observar una constante que se manifiesta en personas de toda edad y condición, y que se ha agravado desde que
comenzó la pandemia por el Covid19: Estamos más estresados de lo normal.
Cada persona se siente estresada por unas razones u otras.
Estas son algunas de las dificultades que como sociedad estamos viviendo:
• En casa: pasamos más horas en casa que antes, a causa del teletrabajo, cuidado de los niños o de personas dependientes o porque estamos confinados. Todo ello implica tareas estresantes y en cierto modo impuestas por las circunstancias.
• En el trabajo: si tenemos la suerte de conservar nuestro trabajo es posible que nos estén
exigiendo más esfuerzo del habitual, que hayamos tenido que adaptarnos a las nuevas
circunstancias, y que sea más difícil desconectar a causa del teletrabajo. Si además, tenemos que hacernos cargo del cuidado de hijos pequeños, estamos expuestos a un
estrés extra.
• Aislamiento y soledad. Muchas personas han pasado por situaciones de soledad, por ejemplo, aquellas personas mayores que por precaución no pueden ser acompañadas por sus familiares y amigos. O aquellas personas que viven lejos de su población de origen y tienen que confinarse. Ahora vivimos cada uno en su burbuja. Y ¿qué pasa si esa burbuja no es de nuestro agrado?. La situación se complica.
• Decisiones políticas que nos afectan. Por si no fuera poco, vivimos una situación política global que muchas veces nos enfada, nos hace sentirnos desprotegidos y constantemente enganchados a las noticias. No podemos olvidar las restricciones de nuestras libertades, y aunque sean necesarias, también son cambiantes, y pueden ser percibidas como injustas en algunas ocasiones.
• Incertidumbre y miedo a la crisis. La amenaza no es sólo sanitaria, sino también económica. No sabemos qué pasará ni como nos afectará. Sólo sabemos que las cosas están cambiando rápidamente, y que posiblemente nos quede mucho por sufrir.
Ante este panorama, es recomendable que sepamos un poquito más acerca del estrés.
¿Qué es el estrés?
El estrés patológico es un conjunto de reacciones fisiológicas del organismo en respuesta a una situación que implica un nivel de demandas que superan la capacidad de afrontamiento de la persona.
Hablamos de situaciones imprevisibles, que nos desbordan y de las que no podemos escapar, y que nos hacen sentirnos indefensos.
¿Cómo puede afectarnos el estrés?
El estrés puede llegar a suponer un alto coste para las personas, en diferentes niveles:
- Afecta a la calidad de tus relaciones. A causa del estrés podemos sentirnos irascibles y menos conectados a los demás.
- El estrés afecta a nuestro bienestar emocional. Puede desencadenar síntomas de ansiedad y de depresión, empujarnos a conductas adictivas, y causarnos mucho sufrimiento.
- Repercute de forma directa en nuestra salud física. La manera más visible es que dormimos y comemos peor. A nivel interno, el estrés puede ser un factor implicado en el desarrollo de numerosas patologías médicas.
- El estrés incide negativamente en tu economía. ¿De qué manera? Tenemos menos tiempo para organizarnos, pensar y tomar buenas decisiones que afectan a la gestión de nuestra economía y de nuestras carreras profesionales.
Pautas básicas para una buena gestión del estrés:
1- Empieza a poner límites: descárgate de responsabilidades y de horas de trabajo.
No siempre será posible pero todas las personas tenemos un margen de maniobra. Atrévete a decir que no y delega tareas siempre que puedas. Y si no, siempre puedes dejar para mañana lo que no sea importante.
2- Cuida al máximo los tres pilares de la salud: alimentación equilibrada, sueño suficiente y
ejercicio físico regular. Sólo con esta pauta ya tendrás una gran parte del camino hecho.
3- Quiere y déjate querer. Mantén el contacto con tu gente, aunque sea utilizando la tecnología. Y mejora la conexión con los que viven junto a ti: dedícales tiempo de calidad y expresa tu afecto.
4- Descansa, escúchate y dale a tu cuerpo lo que necesita, al menos una vez al día.
5- Medita. La meditación es una práctica que utilizada de forma regular, te ayudará a gestionar el estrés y a ser más resiliente ante las amenazas de la vida cotidiana.
6- Pide ayuda cuando sea necesario: a tus amigos, a tu familia, a tu pareja y a tu terapeuta si la situación te resulta difícil de gestionar. No estás sol@. Lo que estamos viviendo es muy difícil y todos hemos pasado por malos momentos.
¡Mucho ánimo!
Noelia Martín
Psicóloga y terapeuta de Vibra Bienestar
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